
Los antiguos pobladores de nuestro planeta no diferían mucho de nosotros. No debemos pensarnos superiores. Cada paso de aquellos hombres y aquellas mujeres hizo, de cada uno de los miles de años transcurridos desde su existencia, un puente hacia la modernidad. Por el camino quedaron muchas cosas y vinieron otras muchas. Con todo, un hombre hecho a sí mismo en sus costumbres y en sus hábitos. En sus sentimientos y en sus emociones.
Estos mensajeros de la historia tenían una costumbre a veces olvidada en nuestros días… Contemplar e Interpretar los signos de los tiempos. Vivir cada día sin interpretar lo que nuestro tiempo nos depara es perder la oportunidad de transformar nuestro mundo y nuestra sociedad.
La llamada de Achalay llega de la mano de una reflexión serena. Combina la acción concreta y la urgencia de la misma. 365 días para cambiar el mundo. Por supuesto que tenemos más tiempo, pero cada día que pasa trae consigo la pérdida de una oportunidad para progresar, para mejorar. Visto de otra manera, cada mañana que amanece abre la ventana de la transformación.
Y la opción es de cada uno. Achalay te invita y te propone, te anima a ser el protagonista de la historia de tu vida y de tu mundo. Achalay te propone una revolución silenciosa pero definitiva, en la que las barricadas sean tus gestos personales de cambio y las escopetas vengan cargadas de voluntad y esfuerzo.
Súmate. Interpreta tú mismo los signos de los tiempos que vives. Asume tu parte de responsabilidad y mejora, y crece y desafíate a ti mismo para que el cambio se inicie en ti.
2010, el primer año de una década que será definitiva en la historia moderna, terminó con paradojas que rozaban el sinsentido, la extravagancia, el surrealismo. Nuestro mundo reconoce el mérito de personas que han entregado sus vidas a un ideal. Tienen especial significado y repercusión los referidos a la Concordia, a la Paz, lo que en sí mismo es ya contradictorio. Reconocemos y admiramos sobremanera a los hombres que luchan por otros hombres, por la igualdad, por la justicia, por la Paz. El resto de los premiados suelen ser desconocidos y suelen quedar en el anonimato. Siendo maravilloso el trabajo de unos y el reconocimiento de todos, ¿No es en sí mismo un signo de nuestro tiempo?
En diciembre se entregaron en Estocolmo los Premios Nobel y en Estrasburgo los Premios Sajarov a la Libertad de Conciencia. Si bien es cierto que Fariñas y Liu Xiabo no eran antes conocidos, hoy son símbolos universales. Ambos privados de libertad, encerrados entre rejas, negados como personas. Medio mundo premia la lucha por la libertad y por la Paz y lo hace en hombres anónimos antes, que ahora se apagan en la sombra de una celda en el otro medio. Y paradójicamente, medio mundo mantiene relaciones y negocios con ese otro medio y pocos dicen algo… No es un signo de los tiempos. Los tiempos nos están gritando.
Quedan apenas 4 años para la consecución de los objetivos del milenio y el mundo, nuestro mundo, está cada día más lejos de aprobar el examen. Conocemos las preguntas y las respuestas. ¿Entonces?
No esperes que venga nadie a cambiar todo. No pienses en que los estados o los gobiernos pongan los medios necesarios. No va a ser así. Tú eres el medio. Tú, la única herramienta transformadora. Y tú, quien motive y anime a otros a seguir tu trabajo, a compartir tu revolución. Nosotros iremos a tu lado. Contamos contigo a nuestro lado.
Ramón Pinna Prieto
Asociación Achalay España
Ramón Pinna Prieto
Asociación Achalay España
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