miércoles, 1 de septiembre de 2010

Páginas de un Diario. Septiembre 2010: "ONG´s en el disparadero"


Resulta difícil, y con frecuencia arriesgado, adentrarse en el mundo de los juicios de valor. Un mal paso, un descuido, un desliz literario o un comentario fuera de lugar y corre uno el riesgo de sentenciarse a sí mismo sin vista previa. Como mal menor, de ponerse en evidencia.

Cada acción que vemos, cada comportamiento humano, descansa en motivaciones que sólo alcanza a entender quien las protagoniza. En cualquier orden de la vida, sea cual sea, mientras los demás no intervengamos en primera persona, siempre seremos espectadores, en ocasiones de excepción, pero espectadores en cualquier caso.

Esta verdad nos aproxima al mirador de la prudencia. En menor medida al de la objetividad.

Tras más de ocho meses de un cautiverio inaceptable, sólo a la altura de las alimañas más despreciables que uno pueda imaginar, en agosto fueron liberados dos ciudadanos españoles de las entrañas profundas del Sahara.

¿Su delito? Adentrarse en tierra extraña con la idea de hacer llegar bienes de todo tipo a personas con todo tipo de necesidades. ¿Su pecado? Desoír los llamamientos internacionales de prudencia en determinadas regiones. ¿Su condena? Ocho meses de reclusión, de stress por la propia vida, de terror. ¿Sus consecuencias?...

No es prudente, por aventurado, pronunciarse por los motivos que llevaron a los dos ciudadanos españoles a emprender una ”caravana solidaria” de este tipo. Es normal, sin embargo, que cualquiera se lance al comentario y a la opinión sobre el desenlace de este suceso ya que, es en sí mismo un suceso, tiene un alcance mediático e implica a toda la ciudadanía en tanto que con el dinero de ésta se ha liberado a aquellos.

En los días calmos de verano son frecuentes las tormentas, sobre todo las mediáticas. La explosión de noticias, foros, debates, tertulias y opiniones saturó la capacidad asimilativa de todos. Pasamos por momentos de la política a la cooperación, de interpretar el pago como una rendición a valorar el esfuerzo de una pequeña ONG.

Corrieron ríos de tinta sobre el matiz local de la entidad, sobre el perfil empresarial / directivo de los llamados “cooperantes”. Su procedencia catalana, la proximidad institucional hacia la Generalidad de Cataluña, las fotos con los políticos de aquí y de allá, y la ausencia total de una identificación patria terminaron de hacer estallar el polvorín de opiniones en Internet.

Hace más de veinte años arrancó un movimiento no organizado, “más junior que senior”, de jóvenes occidentales que movidos por una mezcla de aventura, conocimiento de otras realidades y solidaridad se ponen en camino hacia lugares lejanos en declarado estado de necesidad. Muchos de nosotros hemos seguido durante años esta fórmula de “cooperación”, de conocimiento, de semilla de compromiso.

Todas las experiencias tienen algo bueno, todas dejan algo aquí y allí. Imposible cuantificar o medir el alcance en las personas o en los corazones. Es algo bueno en sí mismo, si se hace desde el respeto del otro, de aquel al que visitamos, desde la no imposición, con la mente puesta en entender y acompañar a quien nos acoge, y en la medida de lo posible, darle lo mejor de nosotros.

La caravana de “Barcelona Acció Solidaria” no puede ser mala en sí misma. Seguro que no lo es. Desconozco si es rentable y sale a cuenta organizar una logística como la que manejan para trasladar lo que trasladan. Sin embargo nos ha salido cara a todos. A todos los que vivimos para este mundo de la cooperación y para muchos de los que viven de él.

Las ONG´s tienen que ser inmaculadas en sus posiciones, no alinearse con la política, intentar ser autónomas en lo económico… No podemos permitirnos “patinazos” mediáticos fruto de una supuesta irresponsabilidad a la hora de elegir un itinerario. No podemos exacerbar el ánimo público promoviendo de inmediato una nueva caravana para honrar a los dos cooperantes.

Vivimos tiempos difíciles las ONG´s. Las verdaderamente independientes nos mantenemos por la buena voluntad de las personas, por la confianza de empresas y donantes. Pero la Sociedad no distingue. El estigma es para todos y en este mundo ya somos todos mayores y debiéramos ser todos responsables de nuestros actos.

La gente, en general, perdona si es ofendida, olvida y pasa página con facilidad… pero algo queda, algo queda de fondo. Algo de eso que trajeron los foros y los periódicos, eso de “pijos solidarios”, eso de “no paguemos rescate con mi dinero” …. Eso de “en qué se lo gastan las ONG´s”.

Portar la bandera de la Solidaridad exige algo más que ponerse en camino hacia un desierto. Requiere un compromiso completo en lo personal y en lo social. Requiere prudencia y conocimientos. Requiere independencia y Libertad. Llegado a este punto, en este mundo complejo y delicado, la buena voluntad no es suficiente.

Quizás lo sea para el acto de emprender. Los siguientes pasos siempre deben ir de la mano de la responsabilidad y el saber hacer. Nos jugamos mucho.

Ramón Pinna Prieto
Asociación Achalay España

No hay comentarios:

Publicar un comentario