
No pertenecer a ningún sitio. La lengua, si es la misma, si no lo es. Lo que dejas atrás. Lo que te encuentras en el camino. Las expectativas. Las necesidades. Las tuyas. Las que esperas dar a los tuyos. Las que te exigen los tuyos. Ser ilegal y no querer quedarte. O querer quedarteDebe ser tremendamente dolorosa, hay que ser increíblemente fuerte para soportarla. Tener pilares muy sólidos para poder mantenerte en pie. Me reafirmo en mi familia, en mi pueblo, en mi infancia. Todo ello me hace ser como soy, crecer y construirme al lado y encima de estos pilares. Pero a demasiada gente “la puerta de atrás” significa su propia realidad, la que resulta más dura, más difícil de soportar. Nos queda la denuncia con la palabra, una denuncia sobre algo que pasa de una manera tan cotidiana, tan cerca de nosotros y que la mayoría de las veces no somos capaces de ver.
Porque un día decidí viajar, viajar donde no hablan mi mismo idioma, viajar, disfrutar y aprender, aprender otra cultura, otra manera de vida, otro idioma,...y en la vida a uno siempre la realidad le trunca los sueños. Cuando uno emigra los sueños se transforman en idealizaciones, la realidad se plasma rápidamente enfrente de ti y te naces, te debes nacer en otra persona nueva, capaz de soportar lo doloroso de buscar en un sitio que no es el tuyo, lo que te falta en tu sitio,...sin tener lo más hermoso del sitio al que perteneces.
Emigro desde mi elección, desde mi condición de vida que me permite separarme, distanciarme temporalmente de mi rutina diaria, todo un lujo. Nada pierdo, pasado un tiempo tendré todo lo que deje, mi familia, mis amigas y amigos, mi trabajo, mi cotidianidad, con la `suerte` de haber sentido el dolor de poder perderlo.
Estoy en Australia para aprender inglés, trabajar,...mi situación no es legal ni para estudiar en una escuela de idiomas publica, ni para trabajar, solamente tengo un visado de turista, pero yo no puedo ser turista durante estos 6 meses porque no tengo tanto dinero. Así es que cuando estaba en mi país pensaba que seguro podría trabajar en `negro`, es una práctica habitual que se realiza en todos los lugares del mundo, todos nuestros países tienen normas que todos nos saltamos. Y así fue, estoy en una escuela de idiomas publica bastante económica, es la ventaja de no hablar bien este idioma, te haces la tonta y lo consigues, también es una cuestión de que te acompañe la suerte.
Y también tengo un trabajo, en negro, claro. No tengo muchas opciones, no sé el idioma y no soy legal, solo puedo conseguir trabajos duros que los de aquí no quieren realizar. Y aquí es donde empecé a sentirme inmigrante, ¿Por qué hacen esto algunos humanos? el trato que recibo es tan insolente. Entiendo que los que son de aquí no quieran realizarlos, ellos tienen otras muchas más opciones laborales, pero lo que no consigo entender es este trato. Realmente los empresarios deberían estar agradecidos por el hecho de que exista la inmigración, es una ida y vuelta de favores, yo te hago un trabajo que nadie quiere hacer y además me lo pagas más barato que al resto por mi situación de ilegalidad, con lo que tu obtienes un beneficio y yo otro, tengo un salario, sigo aprendiendo el idioma, puedo vivir,...
Y comprendí lo duro que es ser inmigrante, en la persona de hierro en la que te debes nacer.
Al principio, cuando conseguí el trabajo, estaba muy orgullosa de mí, creía en mi suerte porque no era fácil conseguirlo sin apenas hablar y sin los dichosos papeles. Pero pasado un tiempo empecé a percibir la realidad, lo duro del trabajo y las pocas opciones que tienes para reclamar tus derechos. De repente desapareció mi palabra, no podía expresarme para defender lo que es justo y te sientes nadie, te sientes una maquina que debe realizar un trabajo mecánico durante unas horas determinadas, no hay más. Si reclamas algo se dirigen a ti como si fueras estúpida, como si por no hablar su idioma tu no supieras lo que esta pasando y te gritan y faltan al respeto con una naturalidad increíble y comprendes que es una práctica demasiado habitual para ellos y sabes que cuando te marches vendrá otra persona en la misma situación que tu y pasara lo mismo,...y pienso en la gente que quiere quedarse a vivir aquí, que necesita mantener este u otro trabajo como sea, el tiempo que sea, y me pregunto cuánto tiempo puede soportar esto una persona, pienso en que momento se llega a ser insensible ante esto.
Yo no tengo hijos, ningún familiar enfermo al que mantener, no tengo que enviar dinero a mis familiares que piensan que aquí estoy ganando mucho dinero,... Pienso en la gente que realmente es inmigrante que quiere quedarse aquí o en cualquier otro país, para tener una vida mejor que la que tienen en sus países, por lo que sea, por una cuestión económica, cultural, sentimental, por un simple cambio en la vida, porque piensas que vivir en otro sitio será mejor.
Nunca he creído en las fronteras y ahora menos que nunca. Creo en el intercambio cultural, me encanta hablar con otra personas que pertenecen a un sitio diferente del mío, a otra cultura, a otra religión, a otra realidad,....me enriquece. Creo en el Ser Humano y quisiera creer que en algún momento de nuestra historia la inmigración se convierta en algo hermoso y natural.
Rocío Ruiz Villanueva
Fotografía "la puerta de atrás": Esta es mi `Puerta de Atrás` para mi simboliza mi Lugar en el Mundo, Toledo es mi Tierra y las uvas siempre han marcado parte de mi vida. Es una paradoja que todos los días cuando entro y salgo del trabajo vea esta puerta
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