martes, 15 de marzo de 2011

Páginas de un Diario. Marzo: 2011 "Odisea en la Tierra"


Cubría la distancia entre Valencia y Madrid a bordo de uno de los iconos del desarrollo humano. Galopaba en el “Caballo Ganador” del AVE tras una intensa jornada de trabajo y pensaba en la fantasía de un hombre moderno, que vive en la tierra sensaciones parecidas a las que experimentan los aventureros del espacio. ¿Se imaginaba algo así el que hizo aquella película que empezaba con unos monos jugando a no se qué con unos huesos al ritmo de “Así hablaba Zarathustra”?

¿Qué son unos años arriba o abajo al poner una fecha cuando ya se ha hecho historia? A estas alturas de la película posiblemente el mismo Kubrick no sepa por qué puso como nombre aquello de la Odisea en el Espacio, o por qué eligió como año de referencia el 2001. ¿Y si le hubiera dado por poner el 2012?

Si me preguntara a mí, le diría, “Stanley, tu año es el 2012, tenlo por seguro”. De hecho, cuentan los libros de aventuras que los Mayas, auténticos sabios de la interpretación cósmica, fueron capaces de predecir un apocalíptico fin del mundo para el año que viene… ¿Qué mejor Odisea?

Pisaba Madrid en algo más de hora y media y camino de casa sonreía tranquilo al recordar todas mis divagaciones. Desde luego, me dije, si bien el efecto del trabajo sobre el ser humano es positivo, el exceso puede ser altamente nocivo, perjudicial en general y generador de problemas de salud mental que muevan ciclos de pensamiento absurdo como el que acababa de sufrir, o protagonizar…

O no. ¿O no era tan absurdo todo aquello? En cuestión de unas semanas el mundo se ha partido en mil mitades y por imposible que parezca, cada una distinta de las otras.

El mundo se ha roto en Japón. Hemos vivido en directo como le salen cicatrices a la tierra, como se arruga nuestro plantea, y cómo el ser humano se convierte en el endeble juguete que trata de no ser cada día.

El aire se ha roto en Fukusima. La seguridad del hombre se rompe en mil pedazos cuando ni siquiera puede hacer lo único que de verdad hace en automático, respirar.

Primero Túnez, luego Egipto, el Yemen, Qatar … y por fin Libia. El mundo árabe salta también por los aires, se rompe en otros mil pedazos ante los ojos de todos y seguimos su deriva al instante en las aceleradas Redes Sociales. ¿Qué paso?

Todos queremos pensar que la Libertad tiene su momento y su lugar. Todos sabemos que posiblemente quién más dispuesto está a dejarse la vida por ella, es quien no ha llegado a conocerla. Despierta por igual simpatía y recelo, a todos nos queda la duda razonable de que no se trate de un movimiento programado por el islamismo radical.

¿Y si fuera así? ¿Y si occidente le hubiera segado los pies a un tirano-asesino para allanar el camino de los Mujaidines de Al Qaeda? No tardaríamos mucho en ver el resultado. El frágil equilibrio del Mediterráneo podría ser lo siguiente en quedar, igualmente, hecho añicos.

Está claro que La Odisea es hoy. La Odisea del Ser humano que apueste por el Ser Humano se vive ahora en un sin fin de fronteras y barricadas. A los ojos de Kubrick 2001 no es lo mismo que 2011. A los ojos de la Historia, sí. La Odisea es aquí y ahora. No es en el espacio y no acabará en noventa minutos de largometraje. Y requerirá lo mejor de cada hombre para que el mundo no “termine” en 2012.

Ya no vale ponerse de perfil. Quizás ni siquiera sean válidas posiciones que antes me podían parecer inteligentes, imaginativas, equilibradas. Posiciones que yo he compartido, que he defendido como mías, a veces como propias. Posiciones de tertulia de barra en las que se recurre a lugares comunes más o menos bien adornados, con aquello de en todo hay algo bueno y en el término medio está la virtud. ¿Tendría valor Aristóteles hoy para repetir la cita que le mandó al ”estrellato”? Lo que vivimos hoy, en todos los órdenes sociales, y desde la perspectiva que tenemos de la defensa del ser humano, ¿puede considerarse como “de término medio”?

No se trata solamente de hacer cosas buenas o de ser un correcto ciudadano. No se trata, a mi modo de ver, ni siquiera de ser buenas personas. El mundo ya se le escapó de entre las manos a gente muy buena, a mucha gente muy buena.

Lo que tenemos que hacer, mientras queden fuerza y voluntad, se parece más bien a una malla tejida con nuestras propias manos. La red que asegure a nuestro planeta en el vacío, a nuestro mundo; que asegure la vida y el futuro de nuestros hijos y de los suyos.

Creo que no valen medias tintas, Amigo. Nos jugamos mucho, demasiado diría yo, como para andar con equidistancias. Estamos hablando de la Vida y de los valores que la soportan para nosotros, la Justicia, la Libertad, La Paz, la Igualdad de las personas. Ése es nuestro mundo y eso es lo que nos estamos jugando en muchos frentes. En la política, en la sociedad, en la educación, en la solidaridad, en el mundo del trabajo, en las catástrofes naturales o en las convulsiones políticas.

Por frágil que parezca, el suelo que pisan los japoneses puede resultar mucho más firme que el pilar de la libertad, de la justicia y de la igualdad, en la vida de los seres humanos de nuestro tiempo.

Es tiempo de Odisea, la Odisea de 2011, y en el diccionario de nuestra lengua significa “Viaje largo, en el que abundan las aventuras adversas y favorables al viajero”. Es tiempo de dar un paso adelante, de tomar posiciones, de errar en nuestra apuesta si es preciso. Es tiempo de acciones definitivas, renovadoras del mundo y de sus habitantes. Achalay ya vive y quiere vivir en esa Odisea y te invita a que la vivas a nuestro lado.

¡Ay los Mayas ilusos! decía una buena Señora en la cafetería…¿El fin del mundo en 2012? A este paso no llegamos para verlo…


Ramón Pinna
Presidente Achalay España

No hay comentarios:

Publicar un comentario